El concepto de Ciudad Inteligente (Smart City) alberga un gran conjunto de posibilidades y aplicaciones prácticas. El Plan Nacional de Ciudades Inteligentes (PNCI, Marzo 2015) del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital lo define como la visión holística de una ciudad que aplica las TIC para la mejora de la calidad de vida y la accesibilidad de sus habitantes y asegura un desarrollo sostenible económico, social y ambiental en mejora permanente. La definición es tan amplia y flexible que ha sido aceptada por entidades y empresas en muy distintos ámbitos, sectores y aplicaciones; pero al ser una definición tan amplia, ha provocado que el concepto se banalice y desvirtúe, provocando incluso el rechazo de determinados actores.
Sin embargo, gracias al apoyo de distintas organizaciones y empresas, como es el caso de RED.ES, y el apoyo y liderazgo político de las diferentes administraciones, se ha logrado materializar el concepto de Smart City en aplicaciones concretas, implantando las tecnologías necesarias capaces de resolver la problemática de cada ciudad en un contexto de crisis.
Villanueva de la Serena
El Ayuntamiento de Villanueva de la Serena apostó por la adopción y puesta en marcha de dicho concepto de una forma gradual y con un enfoque pragmático que ha permitido la obtención de resultados a corto y medio plazo.
La andadura de Villanueva de la Serena hacia la Smart City comenzó en el año 2011 cuando consideró la necesidad de avanzar en el concepto de ciudad inteligente y se planteó implantar una red de telecomunicaciones eficaz, fijando las bases para la consecución de los objetivos definidos en el Plan de Ciudad.
Toda iniciativa tecnológica debe estar enmarcada dentro del Plan Estratégico de cada ciudad, el Plan de Ciudad, ya que debe cubrir todos los requisitos y objetivos marcados en el mismo.
El Ayuntamiento de Villanueva de la Serena debe convertirse en un agente potenciador de un nuevo modelo de ciudad, facilitando un entorno propicio y planteando una iniciativa que consiga aunar los objetivos propuestos. Estos objetivos se encuentran alineados con los objetivos de una ciudad inteligente, destacando la mejora de la accesibilidad, el incremento de la calidad de vida de los ciudadanos, la mejora de la eficacia de los recursos y por último, facilitar la participación ciudadana.