Síntesis
Esta presentación tiene por objeto mostrar por qué el juego debe servir de hilo conductor en todos los ámbitos de la vida y especialmente en nuestros espacios urbanos. A este fin se abordan aquí los siguientes aspectos clave:
- Preponderancia del valor lúdico: necesidad de anteponer el valor lúdico como principal estímulo en el diseño y ejecución de las áreas de juego a fin de conseguir su uso frecuente y continuado y mejorar la calidad de vida presente y futura de los niños.
- Seguridad: de qué forma podemos abordar las cuestiones relativas a la seguridad, sin sacrificar por ello la emoción de los equipamientos lúdicos y la importancia de entender el concepto de desarrollo de la seguridad basada en el comportamiento de los niños.
- Mantenimiento: importancia de la necesidad de conservar el valor lúdico y la integridad de los espacios designados.
- Sostenibilidad: abordar los aspectos medioambientales a la hora de crear equipamientos y áreas de juego, además de facilitar un «juego natural».
- Integración: de qué manera el juego contribuye a eliminar las barreras sociales para la integración, en lugar de centrar la atención en las barreras físicas.
1. Introducción
Los niños necesitan jugar para aprender a enfocar la vida de la mejor manera. El juego permite que adquieran experiencias a través de actividades físicas y mentales y que conozcan el mundo que los rodea. Cuantas más oportunidades tengan de jugar, mayores serán las posibilidades de que desarrollen sus habilidades. El juego es necesario para un desarrollo equilibrado, pues jugando es como los niños aprenden a vivir. Por tanto, ¿cómo podemos asegurarnos de que el desarrollo infantil ocupa el lugar que le corresponde en el marco de las estrategias de planeamiento urbanístico de nuestras ciudades? ¿De qué modo podemos organizar y llevar a la práctica nuestro enfoque del juego a fin de garantizar que nuestros niños dispongan de las suficientes oportunidades para jugar?
El diseño, fabricación, ensayo y mejora del equipamiento de los parques infantiles debe contemplar, en la mayor medida posible, el valor lúdico.