Se trata de uno de los primeros espacios de este tipo que se han inaugurado en Barcelona y está previsto disponer de al menos uno de ellos en cada distrito en un futuro próximo.
Situado en el cruce de la calle Nápoles con Gran Vía, este proyecto, diseñado por el estudio de arquitectura Anna Codina i Associats, resuelve con utilidad una esquina del Eixample barcelonés, convirtiendo un espacio vacío (en el cual en un futuro está previsto construir un equipamiento) en una zona pensada para un uso provisional: un espacio destinado a la estancia y al recreo de los perros. Su condición de provisionalidad inspiró la elección de los materiales, que son propios de un proceso de construcción, y encajan perfectamente en este proyecto por su bajo coste y su leve mantenimiento.
El cierre de esta zona de recreo se ha llevado a cabo con una especie de “jaulas vegetales”, que permiten la convivencia entre animales y plantas pero con cierta protección; es decir, sin que éstas sufran el habitual maltrato causado por el paso de los animales. También se ha instalado una gran jardinera que da continuidad a la medianera.
En este mismo espacio se han ubicado también unas piezas prefabricadas de hormigón, que se utilizan en infraestructuras, las cuales se convierten aquí en elementos de juego para que los perros puedan realizar distintos recorridos durante su tiempo de ocio en la zona mencionada. Las piezas o bloques de tamaño más pequeño pueden ser también utilizados como bancos por los dueños o cuidadores de las mascotas.
