La realidad de las superficies amortiguadoras de impacto

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Emilio Ortega Ruiz. Director de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Getafe 
y miembro de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos

Parece lógico hacer una breve referencia, a unos apuntes históricos relacionados con el mundo del juego.

El juego existe desde principios de la humanidad. Servía como elemento de adaptación, socialización, relación con otros, de la misma o distinta raza y condición. Fomentaba y fomenta la imaginación, ayuda a resolver problemas cotidianos del día a día. Desarrolla capacidades motoras y afectivas, siempre en un marco de espontaneidad y libertad. El juego en definitiva es, un aprendizaje constante.

El Columpio fue inventado por el Dios Baco, (hijo de Júpiter), por lo que entre los romanos conservó un carácter simbólico religioso.

En Grecia y en Roma se consideraba como una actividad, que estaba presente en la vida cotidiana de los más pequeños.

En el mundo medieval, los juegos ya representan figuras de animales o humanas.

En la Edad Media la clase social más elevada elaboraba juguetes para sus niños/as.

En el siglo xvii surge el pensamiento pedagógico moderno, que concibe el juego educativo como un elemento que facilita el aprendizaje.

En el siglo xviii el juego como instrumento pedagógico, se impone con fuerza entre los pensadores. La búsqueda del sistema educativo útil y agradable se convirtió en una obsesión para los responsables de la educación, que mayoritariamente era impartida por la Iglesia.

El juego a partir del siglo xix: con la revolución industrial en marcha, los niños y niñas tiene poco tiempo para jugar. Sin embargo, surgen un gran número de juguetes que ampliará las propuestas de juego [leer más… en la edición impresa]