BDU Espacios de Valor / Queralt Suau
Barcelona tiene un plan: hacer de la ciudad un entorno más amable para sus ciudadanos, especialmente para los más pequeños. En el marco de Ciudad Jugable, el Parque de la Pegaso, en el barrio de Sant Andreu, es uno de los espacios elegidos para ubicar un juego singular.
La dinámica de cocreación ha sido eje vertebrador del proyecto desde la fase inicial de concepción, hasta la fase final de construcción.
Los alumnos de las escuelas circundantes, han participado en procesos cocreativos para definir los elementos que podrían estimular su juego en los espacios públicos. Su imaginación da la forma al juego singular en el Parque de la Pegaso: un pulpo jugable.
La propuesta de los alumnos se afronta desde el estudio de arquitectura Queralt Suau que plantea el diseño del espacio de juego desde diferentes perspectivas:
- Trabajar con el juego en el espacio público como una estrategia de resignificar el lugar y construir espacios (imaginarios) compartidos.
- Articular el espacio desde la integración total de un sistema de elementos jugables.
- Constituir una experiencia sensorial y material, que posibilita la jugabilidad a diferentes escalas y asuma la participación de diversas edades y condiciones para propiciar la máxima variedad de itinerarios, recorridos y acciones.
- Definir un sistema de juego, dejando espacio a la imaginación, al juego libre y a la experimentación.
- Conseguir un sentimiento de pertinencia al lugar
Para realizar el proyecto, se suma BDU Espacios de Valor – Richter Spielgeráte que construye este nuevo espacio de juego de Barcelona, aportando su extensa experiencia.
LA NARRATIVA DEFINE EL ESPACIO
El juego singular funciona como un nuevo hito en el parque, genera una narrativa alrededor que redefine el lugar facilitando la apropiación de los niños y las familias. Visible desde la calle, se convierte en un atractor y moviliza tanto los usos del espacio como las acciones de sus usuarios.