Ingeniero de Caminos. Juan José Arenas de Pablo
El nuevo puente del Tercer Milenio sobre el río Ebro erigido en la ciudad de Zaragoza ha sido inaugurado a principios de junio de 2008 y abierto al tráfico rodado libre a primeros de octubre de 2008, una vez finalizada la Exposición Internacional a la que sirvió como paso privilegiado para autoridades y vehículos de servicios. Se trata de un puente poco corriente, con un cuidado diseño básico y con detalles muy trabajados, gran capacidad para el paso de automóviles, ciclistas y peatones y una, de verdad, alta calidad de construcción. Como profesional del proyecto y la construcción de puentes tengo que aceptar que el del Tercer Milenio compone ya y va a componer más en el futuro una estructura de gran significado, por muy diferentes razones:
- Por su función, como cruce sobre el Ebro de la nueva Ronda del Rabal, tercer cinturón de Zaragoza, que integra en la ciudad a la margen izquierda del río, en el entorno del Meandro de Ranillas.
- Por sus dimensiones, con 270 metros de longitud, luz principal de 216 metros, 36 metros de flecha (o sea, de altura de eje del arco sobre la sección de centroluz) y ancho tipo del tablero de 43 metros (6 carriles, mediana central, aceras cubiertas y 2 carriles bici).
- Por el cuidado de su diseño estético y estructural, que lo convierte en hito simbólico de la Ciudad que se abre al nuevo milenio.
- Por su emplazamiento, como puerta de acceso a Expo-08, componiendo una parte importante del paisaje urbano de una nueva y ambiciosa Zaragoza, junto a los edificios más notables de la Expo, que van a ser reutilizados, y la nueva Estación internacional del tren de alta velocidad.
- Por sus innovaciones técnicas en materiales y sistemas constructivos, destacando entre ellas el uso del hormigón blanco de alta resistencia y autocompactante.