Arquitecto: Dominique Perrault
Texto: Jorge Presa Mtilla. Subdirector General de Proyectos Singulares,
Área de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Madrid
Descendiendo por el parque de Madrid Río, en un punto estratégico de la ciudad, a medio camino entre el histórico Puente de Toledo y el Puente de Praga, se erige la construcción más singular de las previstas en el Plan Especial Madrid Río. El «Puente monumental de Arganzuela», obra diseñada por el prestigioso arquitecto internacional Dominique Perrault.
Este puente singular contribuye a mejorar las relaciones urbanas entre los barrios de la almendra central y el sur de Madrid. Constituye un nuevo equipamiento de marcada accesibilidad universal, creado como elemento de «conectividad blanda» entre márgenes del río y como lugar de reunión, de ocio y de contemplación de la ciudad.
Peatonal y dotado de carril ciclista, el puente está conformado por dos grandes conos metálicos que permiten no sólo cruzar el Parque de la Arganzuela, sino que se convierte además en una de sus entradas principales.
Los dos conos se aproximan en la colina, quedando desalineados en planta, para crear un vacío que se convierte en una nueva entrada al parque.
El primer cono —el sur— comienza en la Avenida del Manzanares, sortea el río y luego «se posa» sobre la cima de la colina.
Desalineado con el primero, el segundo cono —el norte— sobrevuela el otro lado del parque hasta llegar al Paseo de Yeserías.
Con esta disposición se crea un mirador sobre el parque y la ciudad circundantes, así como un punto de vista excepcional del Puente de Toledo.
Los conos norte y sur tienen 128 y 150 metros de longitud respectivamente y su diámetro interior varía entre 5 y 12 metros de un extremo al otro del cono.
La estructura portante de cada «cuerpo helicoidal metálico» está formada por una celosía espacial de sección transversal circular, en la que las diagonales son tubos «torsionados» de sección cuadrada de 450 mm de lado, de forma que una de sus caras se «apoya» siempre en el cono imaginario al que se circunscribe.
Los helicoides, en número de cuatro por cada cono, se agrupan por parejas, según su orientación, en el sentido longitudinal del puente, cruzándose dos a dos en diagonal.
Con objeto de proporcionar la necesaria rigidez a estos helicoides, se disponen cuatro cordones longitudinales metálicos de sección cuadrada, «armados» en taller y ensamblados en obra.