Urumea Asociados-Fco. Javier Solano. Arquitectos
El espacio ubicado entre los edificios Pescadería y Bretxa, y las calles San Juan y Aldamar, fue ocupado hace diez años por el denominado Espacio Cánovas. Esta edificación colmataba de forma importante la planta de la plaza además de limitar visualmente las fachadas de las dos construcciones citadas. Estas cuestiones junto con la dudosa y eventual utilización de la planta primera destinada a exposiciones, propiciaron la decisión municipal de intervención en este lugar.
Apoyado económicamente en el Plan E de Estímulo de la Economía y el Empleo, se planteaba devolver a la ciudadanía el máximo de espacio público mediante una construcción de escala contenida, recogiendo únicamente los cinco kioskos existentes y el acceso al mercado tradicional en sótano.
Analizada la actuación, este equipo de arquitectos, además de proceder a “liberar plaza” tanto a nivel de suelo como en volumen, se estimó de interés la potenciación de la iluminación natural para la planta sótano, la vinculación de los kioskos con el nuevo espacio público y la creación de una única entrada al mercado.
Más concretamente, nos pareció interesante el incremento de luz natural y la ordenación del nuevo edificio en torno suyo como sucede en los grandes almacenes de finales del XIX. La creación de un único e inmediato acceso, permitió mediante el traslado de situación del ascensor la mejora de la perspectiva del pasillo del mercado, eje que conecta los edificios bajo rasante.
Una cuestión profusamente debatida fue cuál iba a ser la percepción exterior del edificio en la horas de inactividad ya que, en general, los mercados cerrados trasladan una sensación que no nos parecía lo mejor para el entorno.
Por otro lado, pretendíamos un edificio con unas características tales que posibilitaran diferentes ideas de uso en él (performances, realities, retro-proyecciones…).