Sergio Sebastián Franco y Fernando Muñoz Gómez – arquitectos
Se entrega un espacio continuo y amplio al ciudadano sumando todas las superficies antes fraccionadas y desarticuladas en aceras, plaza, calzadas y espacios residuales, dignificando este espacio público que hasta ahora se encontraba sacrificado por la pesada presencia del tráfico.
Sobre este plano continuo de 1.450 metros cuadrados se establecen dos tipos de ámbito estancial. En primer lugar se construirá una nueva topografía de hormigón, una alfombra con relieve que define un nuevo concepto de espacio público en Calatayud. La superficie de esta plataforma es similar a la de un trozo de terreno natural, una superficie ondulante, una topografía que permitirá a los jóvenes sacar mayor partido al espacio ya que aparecerán diferentes espacios inclinados, atractivos para las bicicletas, patines y skates. Esta alfombra pétrea y alegre producirá un relieve que define la importancia y la singularidad de este espacio, elevándose y diferenciándose del resto de la plaza que adquirirá un uso más reposado y estancial. Este segundo ámbito se establece como un tapiz de adoquines de hormigón que según patrones de color establecen los usos más urbanos del ámbito, la presencia de quiosco y equipamientos, vegetación y accesos a viviendas, así como la banda de tráfico rodado para acceso a parking de residentes.