Las baldosas de hormigón prefabricado son un material utilizado desde principios del siglo XX. A lo largo de estos años se ha convertido en un producto cotidiano del que nos es imposible prescindir pero no por ello debe considerarse anticuado. Los grandes arquitectos del modernismo reconocían y usaban esta solución cautivados por las tremendas posibilidades que ofrecen estas baldosas. Hoy en día corremos el riesgo de no considerar adecuadamente esta opción que presenta unas inmejorables características técnicas, estéticas y funcionales.
PRODUCTOS
Hay muchas variedades y denominaciones para las baldosas prefabricadas de hormigón: baldosa de hormigón, baldosa hidráulica, loseta de hormigón, terrazo de exterior todos estos productos se diferencian en sus métodos de fabricación y en el tamaño de las series de producción pero todos ellos aúnan las mismas características y ventajas.
Es posible crear multitud de productos gracias a la capacidad del cemento de fabricar piezas sólidas y resistentes que a la vez aglutinan las características ofrecidas por el uso de áridos de distintos colores y tamaños mediante moldes de formas variadas. Por eso pese a que se utilizan muchos nombres para este tipo de baldosas en el fondo no hay grandes diferencias entre ellas.
DURABILIDAD Y MANTENIMIENTO
La palabra que mejor define los pavimentos de hormigón prefabricado es durabilidad. Estamos hablando de elementos sometidos a la vida diaria, que sufren impactos, el paso de vehículos, desgaste, pero también las inclemencias del tiempo. La baldosa de hormigón es capaz de soportar estas cargas gracias a su solidez estructural y a estar fabricada con altos niveles de calidad. Esto se traduce en gastos de mantenimiento mínimos.
Otro punto clave es la limpieza. La suciedad penetra en el material ensombreciendo el aspecto de los pavimentos. Su vía de entrada principal es el agua, que arrastra la polución que acaba depositada en los resquicios del producto. Las baldosas fabricadas con hormigón tienen la ventaja de poder incorporar en su masa productos hidrofugantes y antimancha. Estos aditivos que mejoran el comportamiento de hormigón garantizan una baja absorción de agua y la limpieza natural del material. Otras soluciones como los tratamientos de aplicación superficial que solo afectan a la capa más exterior del producto otorgan las mismas ventajas pero al ser sometidas al desgaste de uso no garantizan buenos resultados a medio y largo plazo. De todos modos la naturaleza pétrea del hormigón también acepta estos tratamientos en situaciones en las que el desgaste no es significativo. [leer más… en la edición impresa]