La iluminación tiene sensores de presencia que controlan la intensidad y el color de la luz, respetando así el ciclo biológico de las especies y reduciendo la contaminación lumínica. La instalación se ha realizado con fondos europeos gestionados a partir de ACCIÒ y con colaboración público-privada
El parque del Molinet de Santa Coloma de Gramanet cuenta con nueva iluminación desde esta semana. Se trata de un laboratorio urbano centrado en las personas que han liderado el AMB y el clúster CICAT con los miembros del grupo de trabajo Urban Centric Lighting.
Mejorara la seguridad y la convivencia en el espacio público, con un diseño de iluminación adecuado al espacio y centrado en las personas es uno de los objetivos de este proyecto.
Las características espectrales de la luz aplicada minimizan los efectos disruptivos en el ritmo circadiano en humanos y en el resto de especies vivas. El «reloj circadiano» es el responsable de regular los ciclos de actividad y descanso de los organismos y activa funciones vitales del sistema inmunológico, por eso, es necesario preservar y mejorar la salud de las personas.
Otro de los objetivos del proyecto es impulsar un alumbrado sostenible, eficiente, saludable y tecnológicamente avanzado, para lo que se necesita potenciar la investigación (I+D) sobre la iluminación exterior urbana.
Mejorar la calidad ambiental
Una de las prioridades ha sido mejorar la calidad ambiental de la metrópolis de Barcelona y con este cambio de modelo, se produce una importante disminución de la contaminación lumínica. Los equipos están dotados de unos sensores que aumentan los niveles de luz sólo cuando es necesario, adaptándose a las necesidades de las personas.
La novedad tecnológica más importante es el cambio del espectro de emisión de las luminarias, potenciando el uso público del parque y respetando el ciclo biológico de las especies y de las personas. Cuando el parque esté vacío, la luz cambia a un color anaranjado acentuado, reduciendo el efecto sobre la biodiversidad. Cuando el sensor detecta movimiento u ocupación, la luz pasa a ser blanca, pero siempre dentro del rango de impacto mínimo sobre el reloj circadiano.
Este cambio en la luminosidad tiene dos beneficios importantes, y es que minimiza los efectos lumínicos sobre el ciclo inmunológico través de los receptores de la retina y mejora la recepción de seguridad de las personas, ya que a menudo, se relaciona la cantidad de luz con la seguridad, aunque no es un factor objetivo determinante.
Nuevo modelo de iluminación
Los usuarios del parque verán mejoras cuantitativas en el ciclo del sueño, estado de alerta o alteración, rendimiento y estado de ánimo, así como respuestas a los cambios estacionales.
El control de la iluminación se basa en sensores de presencia, que gradúan la intensidad y el color de la luz en función del uso y ocupación de los distintos espacios.
En total se han instalado 26 luminarias, con una inversión procedente del Fondo de Refuerzo de la Competitividad gestionados a partir de ACCIÒ y colaboración público-privada.
El proyecto se ha llevado a cabo en tres zonas del parque con elevada concurrencia, como son el entorno a la Naturaula, zonas de juegos y espacios bajo la pérgola que conecta una de las entradas principales con el sector del mirador.
La instalación ha supuesto un nuevo modelo en el diseño de alumbrado, ya que aglutina en un mismo sistema distintas temperaturas de color, intensidades y niveles lumínicos, así como la regulación instantánea y autónoma de estos parámetros, sin comunicación con un sistema central de control de alumbrado, y con un bajo coste diferencial con respecto a una instalación convencional.
Ficha del proyecto
- Fabricación de productos: Vossloh-Schwabe Ibérica, Carandini, iGuzzini y Grupo Benito Novatilu
- Asesoramiento técnico: Citelum
- Simulaciones de sínstesis espectrales de luz para la salud: Kumux
- Auditoría de los productos y la instalación: Laboratorio Asselum
- Diseño de la iluminación: Estudio Anoche Iluminación Arquitectónica