ISABA
El Ayuntamiento de Moralzarzal estrenará este verano, en su centro deportivo municipal, una zona de ocio para las familias con un gran parque de agua lúdico sin profundidad. Con esta actuación quieren ofrecer un espacio de recreo y entretenimiento acuático que complementa su piscina cubierta, más enfocada a actividades deportivas.
Los centros municipales están buscando fórmulas para responder tanto a las necesidades deportivas, como de ocio de sus ciudadanos. Por ello, están transformando sus instalaciones acuáticas para que convivan las nuevas propuestas de ocio para las familias y niños, junto a las piscinas de nado. Moralzarzal lo ha logrado apostando por la creación de esta zona Splashpark, rodeada de zonas verdes de descanso.
Los Splashpark, como se conocen estos parques de agua sin profundidad, son espacios de juegos con las mayores posibilidades de diversión que una piscina lúdica tradicional, y a la vez, más seguros. Por todo ello, se están convirtiendo en la mejor opción para espacios públicos y centros municipales.
Estas áreas son espacios de juego multigeneracionales, en las que se configuran distintas zonas de juegos destinadas a cada segmento de edad. Esos juegos tienen un carácter altamente interactivo y lúdico, porque el niño a cualquier edad puede manipularlos, moverse alrededor de ellos y jugar libremente. También son más seguros, al eliminar el factor riesgo de la profundidad. A nivel técnico y económico, un Splashpark requiere de menos inversión para su instalación y su mantenimiento es más sencillo. El hecho de que pueda activarse y desactivarse en cualquier momento, incluso de forma remota gracias al uso de tecnología, consigue una optimización de costes, de agua y de energía.
Isaba es la empresa especialista a la que se licitó la ejecución del proyecto. Ellos diseñaron este parque de agua sin profundidad teniendo en cuenta todos los requerimientos del Ayuntamiento: diseño, jugabilidad, segmentos de edad, tecnología y calidades. En cuanto al diseño, Moralzarzal pedía que el Splashpark mantuviera un equilibrio visual con su entorno. Para responder a ello, Isaba ideó una estética que refleja el hábitat de la localidad, relacionado con la cercanía del río de Navacerrada, la flora y la fauna. A través de sus juegos simuló la vegetación y animales reconocibles por los más pequeños, y simuló los afluentes del rio en el espacio, jugando con distintas formas y colores.