Barcelona quiere ser una ciudad auto-suficiente con barrios productivos y de velocidad humana, en el interior de una metrópolis hiperconectada y de emisión cero
El trazado histórico de las vías de tren y metro que atraviesan el barrio de Sants (Barcelona) ha supuesto durante el último siglo una herida en su tejido urbano. Con un ancho medio de 30 metros, el eje ferroviario dividía el barrio en dos partes aisladas.
La llegada del tren de Alta Velocidad (AVE) a Barcelona permitió iniciar un proceso de reconversión de esta infraestructura ferroviaria, planteando una ambiciosa operación de reconversión urbana, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los vecinos.
Esta cubierta acoge el despliegue de cuatro parques y zonas ajardinadas que conectan Barcelona con Cornellà a lo largo de 5 kilómetros de corredores verdes. Un ejemplo más de cómo el nuevo urbanismo, regenera espacios urbanos para una mejor convivencia ciudadana.
En este contexto se sitúa el proyecto de iluminación, liderado por el Departamento de Proyectos de Urbidermis Santa & Cole, en estrecha colaboración con los arquitectos, Sergi Godia y Ana Molino, autores del proyecto.
El eje estructural del diseño propone iluminar el espacio desde cotas bajas, integrando la luz en los elementos estructurales y perimetrales, enfatizando la percepción natural del espacio, y cediendo el papel protagonista a los elementos de ajardinamiento.
La necesidad de concentrar la luz por debajo de la cintura en los paseos laterales se resuelve con puntos de luz de la familia Arne compuestos por columnas de 7,6m para tres proyectores orientables, situados a distintas alturas. La integración de los puntos de luz se realiza de una manera cuidada, entre árboles, estableciendo un medido diálogo entre ambos protagonistas.
Una combinación equilibrada por elementos de descanso a lo largo de todo el eje central, bancos NeoRomántico Liviano, y fuentes de agua potable modelo Caudal.