La urbanística, para Marcel Poëte (1886-1950), es a la vez ciencia y arte que maneja, junto a datos estadísticos, conocimientos archivísticos variados para la ciudad antigua y muchos otros documentos, para la ciudad moderna, en una tarea en la que es necesario recurrir a crónicas, vistas, historias locales, descripciones… y hasta a obras literarias, con el fin de alcanzar el conocimiento del organismo urbano para intervenir sobre él.
La apreciación de que las exigencias del hombre no son solo de orden material, y la existencia de la ciudad antigua como categoría interpretativa, actuaron, junto al estímulo que obtenía de la profundización de sus estudios en las fuentes, más diversas, para que fuera en esta obra donde el autor se planteara la búsqueda de un método de análisis de la estructura urbana, una “ciencia de la observación”, que permitiera reconocer las trazas originarias de un asentamiento y reconstruir las fases sucesivas de su desarrollo como forma de orientarse con seguridad a la hora de proporcionar una proyección de futuro.
Su logro fue reconocido, al ser considerado uno de los referentes significativos para la construcción de una teoría racional de la arquitectura cimentada en el estudio de las relaciones existentes entre el análisis urbano y el proyecto arquitectónico. Todo ello según pone de manifiesto la mano de Donatella Calaba en su prefacio a esta edición.