Una perspectiva personal
Esther Pizarro
El planteamiento inicial a la hora de abordar una intervención en un espacio público radica principalmente en una serie de parámetros que dotan al proyecto de una especificiad única para generar identidad de lugar: memoria histórica del espacio a intervenir, implicación del entorno circundante, presencia visual, adecuación de los materiales y público al que va dirigido. La primera fase del proyecto consiste en una visita física, siempre que las condiciones lo permitan, al espacio a intervenir; donde se analiza la topografía existente, la arquitectura que lo acogerá, la contaminación visual y sonora de la zona y cualquier otro aspecto que pueda ser relevante en la elaboración de la propuesta. Paralelamente, se realiza una investigación de carácter teórico donde se bucea en la historia del lugar para descubrir una metáfora lo suficientemente potente para que pueda articular el hilo conductor del proyecto. El resultado de este proceso pasa por generar una respuesta respetuosa hacia la comunidad y el espacio que acogerá la propuesta en un futuro.
Topografía Funcional constituye un mapa metafórico del distrito de Latina, lugar donde está ubicado. El entorno, el paisaje, la historia, el entramado urbano y las construcciones arquitectónicas han sido la fuente de inspiración para la elaboración de este conjunto escultórico. La interesante morfología que recoge la planta del distrito de Latina, así como, el inorgánico crecimiento urbano que ha experimentado a lo largo de su historia, han determinado la elaboración de la propuesta. En función de las cuatro áreas principales en las que se divide el distrito, la idea escultórica evoluciona desde el plano al espacio, distinguiéndose cuatro volúmenes en la intervención: dos de ellos funcionan como mesa y otros dos como asientos. Cinco cipreses, distribuidos en ángulo y paralelos a las fachadas sur y oeste del patio interior, crean un lugar para el descanso y la privacidad.