Francesca Storaro
La Fundación Fendi encargó a Vittorio y Francesca Storaro el proyecto de la iluminación permanente del arco de Jano que se encuentra cerca del palacio Rhinoceros. Para el concepto de iluminación, los dos artistas se inspiraron en la simbología del dios Jano.
En la antigüedad, «Las cosas de los dioses» daban al mundo de los humanos un orden capaz de orientar el espacio y el tiempo. Todo nace del NEGRO de la oscuridad cósmica, donde todo está contenido y todo está protegido.
Es la luminosidad inicial, en el cielo de la AURORA donde se hace visible nuestra conciencia, se nos aparece, el dios del ALBA, el JANO del inicio de la vida. Más tarde, con el calor del sol, el dios de la MAÑANA: QUIRINO, considerado como fundador de Roma, alcanza su antigua posición sobre la Ciudad de Roma.
Es con los rayos del dios del DÍA: JÚPITER, representante de la LUZ, donde se cuenta entre las divinidades de los orígenes.
A través de los siglos, los tonos cromáticos de los distintos momentos de la MAÑANA y de la TARDE, se han considerado siempre de origen divino. El uso mágico y religioso conectaba astrológicamente los colores naturales con los PLANETAS, así como a los propios «DIOSES» y a las esferas celestes que encerraban las particulares influencias.
El dios QUIRINO, ejerciendo su poder sobre todos los inicios, dona su nombre al primer mes del año: IANUARIUS, JANO: ENERO. Dios del «Paso» del año viejo al nuevo, del pasado al futuro, de la inmovilidad de la paz a la dinámica de la guerra.
Jano, como dios de los inicios, es una de las divinidades más antiguas de la religión romana, latina e itálica. Divinidad con dos caras, puede mirar al futuro y al pasado y, como dios de la puerta, puede ver tanto dentro como fuera.