Texto: Emilio Velado
RAYO
La última escultura monumental, creada por el Escultor mexicano Federico Silva, fue inaugurada en Ciudad Real el pasado 6 de Noviembre de 2007. Su nombre es Rayo y ha sido ubicada en una de las entradas principales a la ciudad, en un nuevo espacio remodelado al efecto para su instalación. A dicho espacio le ha sido asignado el nombre de Plaza del Escultor Federico Silva.
Pero ésta no es la única escultura monumental que podemos contemplar en Ciudad Real del Maestro F. Silva. Ya en 1997 tuvo lugar la instalación de otra de sus esculturas, Don Quijote de la Mancha. Fruto de la donación de Eulalio Ferrer, fue trasladada desde México en un largo y costoso viaje por tierra, mar y tierra, hasta el corazón de la Mancha, donde fue instalada y que, con el tiempo, tomó el nombre de Quijote Azteca.
En ambas actuaciones he tenido la satisfacción y el honor de poder colaborar con el Maestro, tanto en su instalación, como en la adecuación de su entorno, iluminación ornamental e incluso en la realización constructiva de una de ellas, Rayo.
En su último viaje a España, F. Silva me confió la misión, nada fácil, de construir una de sus últimas creaciones escultóricas en Ciudad Real. Se trataba de una obra monumental nueva, fruto de un nuevo lenguaje, de una nueva búsqueda estética y con un nuevo mensaje.
En estos 10 últimos años el Escultor ha experimentado un gran cambio en su forma de expresión, su nueva escultura rompe con su imagen anterior. La escultura Rayo, instalada en la parte posterior del Nuevo Conservatorio de Ciudad Real, es el resultado de esa nueva búsqueda artística. Es la primera obra monumental perteneciente a este nuevo lenguaje expresivo. En ella no podremos ya reconocer ni las formas, ni los materiales, ni las geometrías, ni a los personajes, con los que hasta ahora identificábamos al autor del Quijote Azteca.
La capacidad de innovación que le ha acompañado toda su vida, no la ha perdido con la edad. Como él mismo decía en una de sus últimas entrevistas, «…que hay artistas que encuentran una fórmula que repiten toda su vida y tienen mucho éxito, pero dejan de hecho, de estar vivos como artistas. No importa que tengan mucho éxito y ganen mucho dinero. Estar vivo es estar atento y sensible a las cosas que le pasan a uno internamente y a lo que pasa fuera».