Vivimos en la era smart. La tecnología ha cambiado nuestro día a día y ya está presente en actos tan cotidianos como esperar el autobús o reciclar nuestra basura.
Un universo inteligente que se recoge en la iniciativa europea de «Smart City», una hoja de ruta para conseguir ciudades más limpias y sostenibles, mejorando así la calidad de vida de los ciudadanos. Todo ello gracias a un factor clave: las TIC, pilar básico y elemento transversal facilitador de la mejora de los servicios públicos, de la sostenibilidad y de la eficiencia.
Un objetivo para muchas urbes europeas que han dibujado un Mapa Tecnológico de las Ciudades Inteligentes en el que se definen diferentes factores que lo harán posible, desde el capital humano, «Smart People», hasta la gestión limpia y responsable de los residuos.
Y es que la cantidad de basura que producen los ciudadanos europeos es uno de los desafíos de futuro dentro del concepto de ciudades limpias y sostenibles, y su gestión no se escapa de la tendencia smart.
Un ejemplo de ello es la ciudad holandesa de Groningen, donde sus habitantes disponen de una tarjeta personal que utilizan a la hora de depositar sus desechos en el contenedor. No es posible abrir la tapa del mismo si no la pasan por el lector, de modo que se registran los datos del comportamiento de cada persona en materia de vertido y de reciclaje.