Contenur, ha lanzado su nueva gama de contendores de carga lateral.
Inspirados en las ciudades, los nuevos contenedores, con capacidades para 2200 o 3200 litros, combinan resistencia con menores costes de mantenimiento, integración en el entorno urbano con facilidad de explotación, e innovación con accesibilidad para mayor satisfacción de los usuarios.
Para su creación se ha tenido en cuenta la opinión de los clientes a través de un proceso de co diseño con consumidores, administraciones, técnicos, etc., en el que se recogieron sus recomendaciones, inquietudes y sugerencias.
El resultado ha sido una nueva gama de contenedores que rompe con el concepto de “cubo de basura” gracias a su innovador diseño, con líneas más suaves, y a la utilización de colores neutros que la integran como un elemento más del mobiliario urbano.
Son soluciones más fáciles de usar que facilitan el reciclaje, con bocas de depósito de los residuos de gran tamaño; menos ruidosos, gracias al cierre progresivo y amortiguado de la tapa, y más fáciles de limpiar y mantener.
Están pensados para los 5 tipos de residuos: papel, vidrio, envases, orgánica y resto, identificables por bandas de color que se ven desde cualquier ángulo y además, son 100% reciclables, están fabricados por el sistema de inyección con polietileno de alta densidad, con muy bajo consumo energético.
Otro aspecto importante es el rendimiento y la operatividad haciendo más fácil la descarga de los residuos, para lo que se ha diseñado una tapa que abre 80º, y puliendo las superficies para evitar adherencias. Además, pensando en las personas con movilidad reducida, se ha incorporado un pedal que hace más fácil la apertura e, incluso, la posibilidad de tener una palanca para facilitarlo aún más.
También se ha bajado el acceso de la boca de carga de residuos a 1.180 milímetros para que cualquier usuario pueda alcanzarla y se ha incorporado una placa en braille para que las personas invidentes puedan identificar el tipo de residuo.
I+D al servicio del medioambiente y de la gestión eficaz que se traduce también en la incorporación de smart elements, creando un contenedor inteligente que, mediante la instalación de chips, emite señales que avisan de incidencias o bien ofrece datos útiles, como el cambio de temperatura o el control de llenado, y que incluso permite la utilización de tarjetas personalizadas para el vertido de los residuos.
