El artista contemporáneo español Okuda San Miguel transforma el bulevar portuario de Boston con su instalación de arte más extensa y emocionante hasta la fecha. Aire, mar y tierra es un vibrante caleidoscopio formado por siete esculturas a gran escala diseñado especialmente para ser exhibido en el amplio paisaje urbano del Puerto Marítimo de Boston.
Encargado por WS Development en asociación con Justkids, las esculturas de entre 2 y 4 metros de altura están expuestas a intervalos en las medianeras ajardinadas del Seaport Boulevard, creando un corredor de arte público que se extiende desde Sleeper Street hasta East Service Road.
Las piezas monumentales y multicolores crean una experiencia visual completamente nueva reforzada por la presentación de Okuda como el artista principal de HUBweek 2018, EN EL City Hall Plaza.
Esta primera exposición del autor en Boston permite que el arte inspire visualmente el barrio y una el Puerto Marítimo, gráfica y temáticamente, con otras obras y puntos de la ciudad. Movido por la coexistencia tangible de aire, mar y tierra en el puerto, el artista cántabro crea un arco iris icónico utilizando formas, cuerpos y símbolos orgánicos. La instalación invita a la imaginación mientras explora algunos de los temas favoritos del artista: la historia de la vida y la coexistencia, y el sentir mitológico donde el reino animal se encuentra con el mundo humano.
«El arte debe estar presente en los espacios públicos constantemente y mi misión es transformar estos espacios de una manera que mejore aún más la experiencia de los transeúntes. Mi objetivo es crear lugares vibrantes que estén llenos de color y positividad, ayudando y esperando cambiar la vida de las personas. Quiero que la gente deje de mirar el pavimento y empiece a mirar hacia arriba y alrededor».
1. «Creación: Luz»
La primera de las series de Okuda San Miguel Aire, mar y tierra es la titulada «Creación: Luz». La génesis de cualquier historia, obra de arte, civilización o negocio comienza con una chispa, un destello de algo iluminado. Aquí la luz se representa en forma de estrella, indicando la creación última: el principio del tiempo mismo. Sus múltiples puntas y su vibrante gama de colores sugieren la infinita posibilidad que nace de una sola ráfaga de luz.
En el Puerto de Boston, la luz y la noción de comienzo son fundamentales para la historia de nuestra ciudad, así como su posición actual como centro de innovación y tecnología. Nuestra orilla fue un faro para los peregrinos que hicieron el primer viaje, en 1642. Un siglo más tarde, Paul Revere colgó las famosas linternas que encendieron el viaje de nuestra nación hacia la independencia. Y hoy Boston continúa prosperando como líder en pensamiento progresista e industria, brillando para que el mundo la siga.
En cualquier noche, el horizonte de Boston se ilumina de rojos, azules, amarillos y verdes para mostrar nuestro apoyo a los deportes locales, a los derechos humanos, a la diversidad cultural, a la conciencia ambiental y a las celebraciones. Estas luces simbolizan nuestro orgullo y nuestra comunidad, y brillarán para las generaciones venideras.